El nombre de ángel deriva del latín “ángelus” y del griego “angelo”.
Su significado es: Enviado, Mensajero de Dios. Para los griegos “angeros”: Puente entre Dios y el hombre.
También “daimones”: ser sobrenatural, genio, ángel. En sánscrito: “angeres”: espíritu divino o celestial; “angaros”: mensajero.
Para los hebreos, ángel es “Malakl” que también significa mensajero.

Los ángeles son espíritus puros, es decir "libres de toda materia", y por lo tanto de naturaleza inmortal.
Ellos existen para glorificar a Dios y ser sus mensajeros... de hecho su función más importante es ésta: ser el nexo entre Dios y el Hombre, y en segundo término proteger a los hombres y velar por su salvación. 
La mayoría de las religiones y la Teología reconocen su existencia desde los primeros tiempos a través de escritos bíblicos e históricos.
 

Para la Iglesia Católica, los ángeles son una "verdad de fe". Su naturaleza espiritual implica que son libres de todas las limitaciones que lo humano -naturaleza física/espiritual- involucra, por lo tanto su respuesta al amor de Dios no necesita tiempo ni reflexión para crecer y madurar, como nosotros.
Los ángeles fueron creados perfectos, de ahí su poder y entendimiento, en cambio nosotros fuimos creados para "perfeccionarnos". Entendiendo esa diferencia esencial entre hombre y ángeles, se entiende que las "almas" no son ángeles, ni viceversa.


Una persona que se muere, no se transforma en ángel o en demonio según su comportamiento en vida.
Por su perfección, los ángeles no tienen la oportunidad de equivocarse, arrepentirse y de ser perdonados. Sólo hubo una oportunidad al principio de los tiempos, cuando Dios les puso una prueba moral para ganar la Felicidad Eterna: ante ésta falló más o menos un tercio del total, que son "miríadas" (millones de millones), y este tercio se compone de los Ángeles Caídos o Demonios.
Los demás ángeles, los que "pasaron" la prueba divina, están organizados jerárquicamente y sirven eternamente al Señor.

 

 

Los ángeles son una corriente de vida, una de las tantas que existen y coexisten en nuestro vastísimo sistema interplanetario, intergaláctico-cósmico, interdimensional, etc.
Esta corriente de vida maneja y transmite la energía que conocemos como AMOR. Únicos y maravillosos nos conducen continuamente a través de esa energía, atrayendo lo mejor a nuestra vida, como así también una mayor comunicación con el mundo espiritual y otros planos de energías sutiles.

Desde lo humano-religioso se los agrupa en jerarquías o vibraciones (partiendo desde el punto central, Dios) llamadas Coros Angélicos, porque sus voces cantan alabanzas a la Creación componiendo la "música de las esferas" también mencionada por los herméticos como vibración básica del Universo.
Los ángeles son espíritus puros, es decir "libres de toda materia", y por lo tanto de naturaleza inmortal. Ellos existen para glorificar a Dios y ser sus mensajeros... de hecho su función más importante es ésta: ser el nexo entre Dios y el Hombre, y en segundo término proteger a los hombres y velar por su salvación.
Los ángeles integran las huestes o ejércitos celestiales, son criaturas puramente espirituales que tienen nombre especial según el oficio que desempeñen.
Los Angeles nos han demostrado que nosotros, los humanos, somos esa parte del Creador más adentrada en la densidad de la materia. Es el reconocimiento que los ángeles hacen del Creador dentro de nosotros lo que los motiva tan profundamente a ayudarnos en nuestra vida.
La creencia en los ángeles es anterior a la religión católica, lo cual indica que traspasa todo culto o religión. Esto nos lleva a la siguiente reflexión: La confianza en la existencia de estos seres divinos, contribuye al crecimiento del hombre en todos sus planos.


“Los ángeles son espíritus, pero no por ser espíritus son ángeles, cuando son enviados, se denominan ángeles, pues la palabra ángel es nombre de oficio, no de naturaleza. Si preguntas por el nombre de esta naturaleza se te responde que es espíritu, si preguntas por su oficio se te dice que es ángel, por lo que es, es espíritu, por lo que obra es ángel”.
En los últimos años, creciente número de personas están relatando sus experiencias con entidades angelicales, las cuales han afectado profundamente sus vidas, y en muchos casos las han transformado por completo.
Estadísticamente se puede decir que tres de cada cinco personas alrededor del mundo han tenido algún tipo de experiencia sobrenatural. Y, de estas tres, dos han tenido una experiencia con un ángel o una identidad igualmente benéfica. Encuestas recientes han determinado que más del ochenta por ciento de la población del mundo cree en ángeles o en visitaciones celestiales.
El concepto de una fuerza cósmica personificada como una entidad física y visible en la forma de un ángel se conoce en la antropología como antropomorfización, es decir darle forma humana a algo que no lo es.
Su naturaleza espiritual implica que son libres de todas las limitaciones que lo humano -naturaleza física/espiritual- involucra, por lo tanto su respuesta al amor de Dios no necesita tiempo ni reflexión para crecer y madurar, como nosotros.
Los ángeles no son una invención nuestra o no tienen una realidad espiritual. Al contrario, todo lo que imaginamos y todo lo que creemos, existe, y su existencia está en un plano de inteligencia superior a la nuestra. El ser humano no creó al ángel, simplemente su existencia le fue revelada por un proceso de ósmosis cósmica. Este es el verdadero conocimiento Universal, el cual no esta formulado en conceptos humanos, sino en destellos divinos.
Con la llegada de la Era de Acuario, la humanidad enfrenta un renacer místico y espiritual y la conciencia colectiva de la raza comienza a vislumbrar destellos de Luz en su interior y se prepara para recibir su herencia espiritual, que es el reconocimiento de nuestra naturaleza cósmica y todo lo que ésta abarca. Los ángeles son nuestros guías trascendentales en esta odisea que ahora comienza.


 

 

El mundo tendría un contenido muy pobre si en el existiera solo lo que el hombre puede percibir con sus sentidos externos.

La misma existencia en un mundo así, sin el pasado ni el futuro, donde la muerte, inceremoniosamente, trunca cualquier iniciativa creadora, todo avance hacia el bien y la felicidad, sería una trágica contradicción.
Pero el hombre puede con su razón y sentido espiritual ensanchar notablemente su comprensión del mundo y ver, que además de la parte física, existe un enorme mundo espiritual. El materialismo del fin de siglo pasado (19) y el principio del actual (20), se reía de la sola posibilidad de la existencia de otras formas de vida, además de las que están en la tierra. Sin embargo, gracias al rápido progreso de las ciencias en los últimos 50 años, el horizonte del hombre contemporáneo se ensancha. Ahora sabemos que el Universo, en el cual vivimos, es muy grande, pero no infinito. La misma comprensión del mundo se hizo mas espiritual. Los científicos comprendieron que la materia no representa un sólido inamovible y una existencia eterna, sino es una de las manifestaciones de la energía. La misma, a su vez, puede tomar otras formas completamente diferentes a átomos y moléculas, que conocemos. Por eso, fuera de los límites del mundo visible, pueden existir otros mundos totalmente distintos al nuestro. Estos descubrimientos de la ciencia y los vuelos interplanetarios crearon un movimiento en la literatura y la cinematografía actuales sobre los encuentros con los seres de otras galácticas y mundos. Este entusiasmo ante lo extraño y extraterrestre, desgraciadamente, muy a menudo se mezcla con una fantasía enfermiza y tiene un carácter semidemoníaco. Sin embargo está claro que el hombre contemporáneo tiende a ensanchar los limites de su existencia terrestre.
Como contraparte de toda fantasía y desvaríos de los teósofos y espiritistas; la religión cristiana brinda al hombre actual un concepto claro y sano sobre el mundo espiritual. El cristianismo enseña que además de nuestro mundo físico, existe un gran mundo Angélico. Los ángeles, igual que los humanos, tienen intelecto, la libre voluntad y los sentidos, pero son espíritus incorpóreos. así en realidad, el mundo humano es sólo una gota en el mar de la vida inteligente.