De acuerdo a las fuentes canónicas todos los Ángeles fueron creados simultáneamente por Dios. Y por esto, los ángeles son seres inmortales pero no eternos, ya que la eternidad es un atributo que solo le pertenece a Dios.

Al final del Universo, cuando se extingan todos los soles, todas las estrellas y galaxias, los ángeles tambien se extinguirán, pero mientras exista el universo su existencia es permanente.

Los ángeles son superiores a los seres humanos y fueron dotados de una gran inteligencia al ser creados. En el momento de la creación Dios dotó a los ángeles y a Adán con voluntad propia y libre albedrío.

Adán retuvo esta libertad de acción, pero los ángeles renunciaron a ella, entregando su voluntad al Creador. Es por eso que el ángel es un ser de tal dedicación a la voluntad divina.

En la Biblia se mencionan 294 veces. Pero no solo la Biblia nos habla de los ángeles, el Corán también menciona el trabajo constante que hacen los ángeles para ayudar a la humanidad.

El concepto de los ángeles data de la mayor antigüedad y tanto los asirios como los persas y los babilonios, creían firmemente en estas criaturas aladas. Los eones de los gnósticos y los bhodisattvas del hinduismo, son entidades análogas a los ángeles y su labor es también la de iluminar, proteger y ayudar al ser humano en su evolución espiritual.

Existe en la Tierra una lucha continua entre las fuerzas negativas, que se identifican como las hordas satánicas, y las fuerzas positivas que personificamos como ángeles de Luz. Desgraciadamente, los ángeles o fuerzas positivas no siempre ganan la batalla. Cuando el Ángel Guardián de una persona, pierde en esta lucha sin cuartel contra las fuerzas del mal, el resultado inevitable es el dolor y la tragedia. Y a menudo los que sufren esta derrota, son los seres más débiles y más indefensos porque no tienen suficiente energía positiva a su alrededor para salvarse.

Podemos identificar las energías cósmicas positivas con los ángeles de Luz de los que nos hablan las Escrituras. Estas energías son inteligentes y conscientes y funcionan a través de leyes cósmicas de gran armonía, las cuales rigen el Universo.

Luego podemos decir que un ángel es una fuerza cósmica emitida por el Creador del Universo en el momento de la creación, es un quantum, una cantidad de energía específica, con inteligencia y conciencia de sí mismo, es voluntad dirigida con propósito, perfección y lógica, es balance, es belleza, es justicia; es una ley cósmica definida y manifestada, es control, es compasión y sobre todo es Amor.

  La mayoría de las religiones y la Teología reconocen su existencia desde los primeros tiempos a través de escritos bíblicos e históricos.
Para la Iglesia Católica, los ángeles son una "verdad de fe". Su naturaleza espiritual implica que son libres de todas las limitaciones que lo humano -naturaleza física/espiritual- involucra, por lo tanto su respuesta al amor de Dios no necesita tiempo ni reflexión para crecer y madurar, como nosotros.

 

"Y en el día cuando El los reúna a todos juntos, El les preguntará a los ángeles: ¿Los alabaron ?" (34 :40).

"¿Por qué, entonces, no se le ha puesto a él brazaletes de oro, o por qué no ha venido acompañado de ángeles ?" (43 :53).

Se dice que la palabra "ángel", viene del latín "ángelus", la cuál es copiada del griego "angelos" (mensajero). En árabe la palabra es

"malak" o "malaak", plural "malaa’ikat". La raíz árabe del verbo "alaka", que significa "dar un mensaje", confirma la conexión etimológica de ángel con la función de mensajero de Dios de las lenguas semíticas.

La existencia de los ángeles es uno de los pilares de la creencia de la mayoría de las tradiciones religiosas, y es así también en el Islam. Dios menciona a los ángeles en el Corán, en más de noventa y nueve lugares diferentes. Ellos también ocupan lugares prominentes, en las narraciones del Profeta Muhammad, y en muchos relatos de santos, y de hombres y mujeres piadosos del pasado reciente y del presente. Las páginas siguientes son una pequeña selección de algunos de los relatos y explicaciones, que nos han llegado de estas tres fuentes.

El Corán dice, "El Mensajero cree en aquello que le ha sido revelado por su Señor y los creyentes también. Todos ellos creen en Dios, en Sus ángeles, Sus escrituras y Sus mensajeros - Nosotros no hacemos distinción entre ninguno de Sus mensajeros - Y ellos dicen : nosotros escuchamos y obedecemos, otórganos Tu perdón, Señor nuestro. El viaje es hacia Ti" (2 :285).

Dios, de este modo, ordena a todas las personas a creer en Sus ángeles, como una obligación igual a la de creer en El mismo, en Sus libros y en Sus mensajeros.  

"Pero Dios mismo testifica que lo que Él te ha revelado, lo ha revelado con Su conocimiento; y los ángeles también testifican. Y Dios es testigo suficiente" (4 :166).

Dios ha creado un árbol en el séptimo cielo, en cada hoja se encuentra una letra del Corán. Cada hoja es un trono tallado en una piedra preciosa, y cada letra es representada por un ángel sentado en ese trono. Cada ángel es la llave a diferentes océanos de conocimiento sin fin, que no tienen ni principio ni fin. En cada océano hay un universo completo con su propia y única creación. El que bucea en estos océanos, es el Arcángel Gabriel. Fue él quien llevó al Profeta las perlas de esos océanos cuando se apareció ante él y dijo tres veces: "¡Recita!" A esta orden el Profeta Muhammad cada vez respondía: "¿Qué debo recitar?" y Gabriel dijo:

Recita : En el Nombre de tu Señor Quien creó,

Creó al ser humano de un coágulo.

Recita: Y tu Señor es el Más Generoso,

Quien enseñó a través de la pluma,

Enseñó al hombre aquello que no conocía (96 :1-5).

En ese momento, el Arcángel le llevó al Profeta dos piezas verdes de tela del cielo, una de ellas estaba decorada con todo tipo de piedras preciosas de la tierra, y la otra con elementos preciosas del cielo. El abrió la primer tela y le dijo al Profeta que se sentara sobre ella. Le entregó la segunda y le dijo que la abriera. Cuando la abrió, recibió el Corán con letras de luz, y le fue revelado el secreto de ese árbol del séptimo cielo. Quienquiera que lea el Corán con sinceridad y devoción, será capaz de entrar a estos océanos de conocimiento y luz.

 

  

El Profeta Muhammad vio una tabla hecha de raras perlas debajo del Trono de Dios y otra tabla de esmeraldas. Sobre la primera estaba el primer capitulo, Surat al-Fatiha, que consiste en siete versos, y sobre la segunda tabla estaba el Corán completo. El le preguntó al Arcángel Gabriel: "¿Cuál es la recompensa de aquel que lea el Capítulo de Apertura?" Gabriel dijo: "Las siete puertas del infierno estarán cerradas para él y las siete puertas del paraíso estarán abiertas para él." El Profeta preguntó: "¿Cuál es la recompensa de aquel que recite todo el Corán?" Gabriel contestó: "Por cada letra que él recite, Dios creará un ángel que plantará un árbol para él en el paraíso." Luego el Profeta vio una triple luz radiando en tres dimensiones y preguntó qué era. Gabriel dijo: "Una de ellas es la luz del Verso del Trono (2 :255), la segunda es del "Surat Ya Sin" (Capítulo 36), y la tercera es el Surat de la Unidad (Capitulo 112). El Profeta Muhammad preguntó: "¿Cuál es la recompensa de aquel que recite el Verso del Trono?" Gabriel respondió: "Dios dijo: ‘Es Mi Atributo, y quienquiera que lo recite, me verá a Mi sin velos en el Día del Juicio.’" Luego, el Profeta preguntó: "¿Cuál es la recompensa de aquel que recita Surat Ya Sin?" La respuesta vino de Dios: "Consiste en ochenta versos, y quienquiera que lo recite recibirá ochenta misericordias. Veinte ángeles le llevarán veinte misericordias en su vida, veinte ángeles más le llevarán veinte misericordias en su muerte, veinte más le llevarán veinte misericordias en la tumba, y otros veinte, veinte misericordias en el Día del Juicio." El Profeta preguntó: "¿Cuál es la recompensa por recitar el Capítulo de la Unidad?" La respuesta llegó: "Los ángeles le darán para beber de los cuatro ríos celestiales que están mencionados en el Corán: el río de cristalina agua pura, el río de leche, el río de vino y el río de miel."

"Y su Profeta les dijo : ¡Oh! la señal de su reino es que a ustedes vendrá, llevada por los ángeles, el Arca de la Alianza de vuestro Señor, y un remanente de lo que dejaron las gentes de Moisés y de Aaron. ¡Oh! Aquí habrá una señal para ustedes, si realmente sois creyentes" (2 :248).

Este verso muestra los poderes milagrosos de los ángeles y su habilidad superlativa para actuar en el dominio físico. Ellos llevaron el Arca de la Alianza delante del ejército de Saúl, y las reliquias que dejaron las familias de Moisés y Aarón. Los ángeles llevaron el Arca de la Alianza porque era muy importante para la humanidad. Contenía uno de los Libros sagrados, la Torah, en su forma original. Cuando Dios le ordenó a Moisés que escribiera la Torah, El dijo: "¡Oh Moisés! Debes escribirlo sobre tablas de oro." Cuando Moisés preguntó dónde podría encontrar ese metal, Dios le envío al Arcángel Gabriel y a otros noventa y nueve ángeles. Cada uno representaba un Atributo de Dios y ellos le enseñaron a Moisés ciento veinticuatro mil palabras. Con cada palabra Moisés fue elevado a un estado superior; en cada nivel Moisés vio luz viniendo hacia él desde la Divina Presencia que lo iba vistiendo, hasta que alcanzó un estado de pureza similar a la transparencia del agua cristalina. Esto provocó que los que observaban a Moisés vieran sólo luz. En ese momento, Gabriel ordenó a los noventa y nueve ángeles que lo adornaran con los atributos y poderes que ellos poseían. Moisés usaba un velo para cubrir la intensa luz que emanaba de él y que a otros causaba desmayos si lo miraban. Luego, Gabriel derramó en el corazón de Moisés el conocimiento celestial que iba a ser consignado en las tablas. El le enseñó la química del oro. Moisés sucesivamente le enseño a su hermana un tercio de esta química, a Josué otro tercio y a Aarón el último tercio. Luego él escribió la Torah en el oro que había fabricado. Todo el tiempo los ángeles parados a su lado le enseñaron cómo escribir y adornar ese libro celestial. Después, Dios creo un ángel de cuatro alas y le ordenó hacerle compañía a Moisés y ser el guardián del Arca.

Las primeras descripciones de ángeles aparecen en el Antiguo Testamento. La mención más antigua en Ur, ciudad de Medio Oriente, unos 4.000 años A.C. Más tarde fue introducida por el emperador romano Constantino, que, siendo pagano, se convirtió al cristianismo cuando antes de una batalla importante vio una cruz en el cielo.

De acuerdo a la religión cristiana, los ángeles son seres espirituales que Dios creó antes que Adán y Eva. Su misión era regir las estrellas, los planetas y las diferentes regiones de la Tierra. En la Biblia aparecen como seres misteriosos de poder desconocido.
La fascinación por los ángeles en cierta medida, es por el misterio que encierran.

 

Según las Sagradas Escrituras, los Ángeles, al igual que los hombres y todo lo existente, son creados por Dios. En las palabras: "En el principio Dios creo el Cielo y la tierra" (Gen. 1:1) se puede ver la primera indicación de que Dios creo el mundo angélico, que es la contraparte de la "tierra" o mundo físico, y se llama "el cielo." Los Ángeles ya existían cuando fue creado el cielo de estrellas, lo que se percibe de las palabras del Señor dirigidas a Job: "Cuando fueran creadas las estrellas, me alabaron todos mis Ángeles" (Job 38:7).

Sobre la creación de los Andeles dice San Gregorio Nacianceno, lo siguiente "Como para la bondad Divina no alcanzaba la contemplación de Si mismo, sino era menester que esta se propagara cada vez mas lejos para que el numero de beneficiados aumentara — como es natural para la Suprema bondad — así Dios piensa en la creación de las fuerzas angélicas y Su pensamiento se hizo hecho, por medio del Verbo y se realizó por el Espíritu... Como las primeras criaturas satisficieron a Dios, entonces pensó en el mundo visible y material."

Ángel significa "enviado" o mensajero. Con estas palabras se define principalmente su relación con los hombres. Ellos, como hermanos mayores, nos hacen conocer la voluntad de Dios y nos ayudan en nuestra salvación. El hombre desde su estadía en el paraíso, conocía la existencia de los Ángeles. Esto se refleja en muchas religiones antiguas. A los humanos es difícil entender la vida de los Ángeles y el mundo en el cual estos viven, porque es completamente diferente al nuestro. Se sabe que los Ángeles sirven a Dios, cumplen Su voluntad y Lo alaban. Como Ellos pertenecen al mundo espiritual, generalmente nos son invisibles. "Cuando los Ángeles, por la voluntad de Dios, aparecen a los hombres, que lo merecen, se ven, no como son en realidad, sino transfigurados de manera tal, que los humanos los pueden ver," explica San Juan Damasceno. En el libro de Tobías, el Ángel que acompaño a él y a su hijo, habla de si mismo: "Todos los días, cuando ustedes me vieron, yo comí y bebí — esto sólo les parecía a ustedes" (Tobías 12:19). "Sin embargo, — dice San Juan Damasceno, — los Ángeles se llaman incorpóreos e inmateriales, sólo en comparación con nosotros ya que comparados con Dios, todo es mas tosco y material. Sólo la Divinidad es totalmente incorporal e inmaterial."  

 

Los Ángeles sobrepasan al hombre con sus fuerzas espirituales. Pero son limitados en su fuerza y sabiduría — solo Dios es Omnipotente y Omnisapiente. Careciendo de cuerpo, los Ángeles menos que los hombres dependen del espacio y lugar, e instantáneamente aparecen donde tienen que actuar. Pero no se puede decir, que Ellos existen en todo independientemente del espacio y lugar. Las Sagradas Escrituras representan a los Ángeles bajando del Cielo a la tierra y subiendo de la tierra al Cielo.

Los Ángeles fueron creados inmortales, como testifican las Sagradas Escrituras, Ellos no pueden morir (Luc. 20:36). Sin embargo su inmortalidad no es intrínseca, depende de Dios. Los Ángeles , como espíritus incorpóreos, son en alto grado capaces de un desarrollo interno y su intelecto es mas elevado que el humano. Por su poder y fuerza , como explica el Apóstol Pedro, Ellos sobrepasan a todos los poderes y fuerzas terrenales (2 Pedro 2:11). Pero también sus altas cualidades espirituales tienen limites. Las Escrituras indican que Ellos desconocen la profundidad del Ser (de la Esencia) de Dios, que conocen sólo El Espíritu Divino (1 Cor. 2:11); no conocen el futuro, conocido solo por Dios (Marc. 13:32); asimismo no perciben en forma completa el misterio de la Salvación, que desean conocer (1 Pedro 1:12); y hasta no conocen todos los pensamientos humanos (1 Reyes 8:39). Finalmente no pueden por si solos, sin la voluntad de Dios, hacer milagros. 

 

 

En la Biblia solo se mencionan los nombres de tres de los ángeles, Gabriel, Miguel y Rafael, quien es mencionado en el Libro de Tobías, y solo aparece en las Biblias católicas y ortodoxas. La Iglesia Católica tiene tal respeto por estos tres ángeles que les ha adjudicado el 29 de septiembre en su calendario de santos. A pesar de ser ángeles, que es una jerarquía espiritual mucho mas elevada que la de los santos, la Iglesia se refiere a ellos como San Gabriel, San Miguel y San Rafael.  

Fue Melquisedec quien entregó a Abraham la Alianza de Dios e introdujo el revolucionario concepto de la salvación por la fe pura en el pensamiento del planeta. Estableció un amplísimo programa misionero con centro en Salem, el antiguo emplazamiento de Jerusalem, desde donde enviaba a miles de misioneros que, literalmente, dieron la vuelta al globo.
Se cree que Melquisedec, llamado Sydik en la mitología fenicia, fue el padre de los siete Elohim, más ángeles de la Divina presencia. En el siglo III de la era Cristiana, un grupo de "herejes" que se hacían llamar melquisedecianos aseguraban estar en contacto con "un gran poder llamado Melquisedec, quien era más grande que Cristo". Su venida aquí, como sabio de Salem, parece haber sido un esfuerzo concertado de los celestiales para traer una luz muy necesaria a una época caótica y oscura, y para sembrar la simiente para el advenimiento de Cristo.

Ariel significa "león de Dios", y existe cierta confusión en cuanto al bando en que realmente está. Figura entre los siete príncipes que gobiernan las aguas y también es conocido como el Gran Señor de la Tierra; sin embargo, para el poeta John Milton, Ariel es un ángel rebelde, vencido por el serafín Abdiel en el primer día de la guerra celeste. Los místicos judíos utilizaron Ariel como nombre poético de Jerusalem en la tradición gnóstica, ese crisol de revelaciones de los dos primeros siglos de la era Cristiana. Ariel es el ángel que controla a los demonios y también se le ha asociado con el orden de ángeles llamados tronos; se sabe que ha asistido al arcángel Rafael en la cura de enfermedades.
John Dee, el mago, ocultista y astrólogo cortesano de la reina Isabel I, suponía que Ariel era una mezcla de Anael y Uriel, ¡lo cual lo instala entre los arcángeles superlumínicos!

Ariel hace una aparición en "La tempestad" de William Shakespeare, que bien pudo haber sido el motivo de que Percy Bysshe Shelley, el poeta del siglo XIX, gustara darse a sí mismo el apelativo de "ángel Ariel".

Israfel, cuyo nombre significa en la tradición árabe "El Ardiente", es a un tiempo el ángel de la resurrección y el canto.

 

La revelación del Nuevo Testamento a menudo cuenta, sobre la aparición de los Ángeles. Así un Ángel le anunció a Zacarías la concepción de San Juan Bautista. Un Ángel anunció a la Santísima Virgen María el nacimiento del Redentor, y apareció en sueños a Josй; numerosos Ángeles cantaron la Gloria del Nacimiento de Cristo; un Ángel les revelo a los pastores la buena nueva — el nacimiento del Redentor y luego impidió a los Magos de volver a Herodes. Notablemente aumenta la frecuencia de apariciones angélicas con la llegada a la tierra del Hijo de Dios. Esto el Señor predijo a los discípulos, diciendo que "desde ahora el Cielo estará abierto y ellos verán a los Ángeles de Dios ascendiendo y bajando sobre el Hijo de Hombre" (Juan 1:51). Efectivamente, los Ángeles servían a Jesucristo después de Su tentación en el desierto. Un Ángel vino a reconfortarlo en el huerto de Getsemani; los Ángeles avisaron a las mujeres miroforas sobre la Resurrección del Señor y a los, Apóstoles, durante la Ascensión, sobre Su segunda venida. Un Ángel liberó a los Apóstoles de la prisión y también al Apóstol Pedro, condenado a muerte (Hech. 5:19, 12:7-15). Un Ángel se apareció a Cornelio para indicarle que llame al Apóstol Pedro para su enseñanza de las palabras de Dios (Hech. 10:3-7).  

Nuestro Señor Jesucristo varias veces habla de los Ángeles. Según El, los Ángeles llevaron el alma de Lázaro al seno de Abraham (Luc. 16:22). Los Ángeles se regocijan por cada pecador redimido (Luc. 15:10). Ellos vendrán con El antes del final del mundo y separarán a los malos de los bienaventurados (Mt. 13:39-41, 16:27). De las enseñanzas del Redentor y los ejemplos bíblicos y de la vida, vemos que los Ángeles siempre actúan como seres buenos y preocupados por el bien y la salvación de los humanos. Al mismo tiempo los Ángeles son completamente fieles a Dios. Cuando los humanos no cumplen los preceptos Divinos, los Ángeles tratan de enmendarlos y hasta los castigan. Así, por ejemplo después de que los hombres fueron echados del Paraíso, un Querubín con espada de fuego fue puesto para defender la entrada al mismo (Gen. cap. 3). Un Ángel con espada apareció a Valaam para impedir una mala acción (Num. 22:23). UnÁngel castigó a Herodes por su orgullo (Hech. 12:23). Según el libro de la Revelación, los Ángeles castigan a los pecadores (Apoc. cap. 8-19). Pero es importante entender, que el fin del castigo es positivo — es obligar a los hombres a la penitencia y a volver a Dios (Apoc. 16:11).

En general los Ángeles, siguiendo la voluntad de Dios, toman parte en la vida de naciones enteras, más de lo que se realiza. Según la visión del Prof. Daniel, hay Ángeles encargados por Dios de seguir los destinos de reinos y pueblos de la tierra (Dan. cap. 10-12). Sobre este tema los Santos padres decían: "Unos de Ellos están en presencia de Dios, otros con su acción sostienen a todo el mundo" (San Gregorio Taumaturgo, el Teólogo o el Grande).En la Iglesia, desde los tiempos más remotos existía la tradición de dirigirse a los Ángeles en oración. En los tiempos del Antiguo Testamento, en el pueblo hebreo, sobre la toma del Arca de la Alianza y luego en el Santo de los Santos se encontraban las figuras de Querubines de oro (Ex. 25:18-22; 1 Reyes 6:23). Delante de ellos los hebreos oraban. Entre estos Querubines del Arca, Dios revelaba Su voluntad a Moisés. Los Ángeles son portadores de la Santidad Divina, por eso se le ordenó a Josué Navin, que vio al Ángel: "Quita tus zapatos de tus pies; porque el lugar donde estás es santo" (Josué 5:15).

La mayor parte de la información que tenemos sobre los ángeles proviene, como ya hemos visto, de otras fuentes, entre las que están el Talmud y los Midrash hebreos y otras escrituras rabínicas incluyendo la Cábala. El Corán v otros libros musulmanes nos hablan de los ángeles y sus grandes poderes y el Libro de Enoch nos revela los nombres de muchos ángeles, entre los cuales están también los ángeles caídos. Un gran compendio de ángeles a llegado también hasta nosotros de otras fuentes menos conocidas, como los libros de la Apócrifa, El libro del ángel Raziel, La gran clavícula de Salomón, La pequeña clavícula de Salomón, también conocida como Goetia, El arbatel de la magia, El sexto y séptimo libro de Moisés y otros muchos. Pero de todos los ángeles mencionados en todos estos libros, los mas conocidos y mas venerados son los cuatro grandes arcángeles Rafael, Miguel, Gabriel y Uriel. Este último ángel es menos conocido que los otros tres, pero su influencia es inmensa en la tradición angelical.

Luego del exilio babilónico de Israel (597-538 a.C.), el pensamiento judío sobre los ángeles se enriqueció, tal vez por influencia de la cultura mesopotámica. Los artistas y escritores comenzaron a dotar de alas a los serafines antropomórficos y se desarrolló un interés por sus prendas, nombres y jerarquías. Luego, la visión dualista persa, incorporó otro aspecto a la angelología hebrea: los ángeles hostiles y destructivos, rebelados contra Dios. Los Esenios, concebían el mundo como un campo de batalla. Ya en el período de la cristiandad se desarrolló un importante crecimiento del mundo angélico.

Dionisio el Areopagita, mas tarde llamado Pseudo Dionisio en sus escritos del siglo VI, jerarquizó a las entidades celestiales dividiendo a los seres invisibles en tres jerarquías compuestas cada una de tres Coros. Cabe aclarar que esta clasificacion es aceptada en la teología católica pero no es un articulo de fe. En el Catecismo de la Iglesia Católica, promulgado en 1993, la Santa Sede actualiza las doctrinas de la iglesia y hace referencia a la existencia de los ángeles como una verdad sin discusión.  

  Los hebreos tomaron elementos de los rituales egipcios y los enriquecieron con elementos de la cábala.
La magia hebrea sobrevivió dentro del imperio islámico. Quizás porque los ritos caldeos fueron conservados a través de su folclore.
No solo preservaron la magia angélica, sino que exportaron a otras regiones del mundo (que habían conquistado) todo el conocimiento angélico. 

 

Los escritos de magia angélica se extendieron por el norte de África y España. La primera traducción al latín de los textos mágicos árabes y arameos fue realizada entre el siglo X y XII por los judíos españoles en la escuela de Traductores de Toledo y los miembros del clero católico de España y Francia.
La difusión de la magia angélica en la tradición cristiana comenzó en el año 967 por un monje italiano llamado Gervasio.
La práctica de la magia angélica se transformó en algo común en el clero católico, aunque no aceptado por la máxima jerarquía católica.
Hacia principios del siglo XIV fue considerada una práctica herética.
En 1314 el Papa Juan XXII promulgó una Bula condenando a ocho clérigos por utilizar las “negras herramientas de la nigromancia, la geomancia y otras artes similares y por poseer libros referidos a ellas. Por haber consagrado ciertos elementos como espejos, e imágenes de acuerdo a las ceremonias acusadas y porque colocándose en el centro de un círculo invocaron a entidades divinas.”
En 1326 promulgó otra Bula en la que amenazaba con la excomunión a todo aquel que practicara la magia angélica o la alquimia. La magia con ángeles quedaba así erradicada de la Iglesia.

  San Agustín, en su obra “Enarrationes in Psalmos” (1348-1349), hacía notar que a los ángeles les son dados dos nombres que explican respectivamente su misión y su naturaleza.

Santo Tomás de Aquino fue un estudioso del tema. Él decía que los ángeles eran seres cuyos cuerpos y esencias estaban formados por un tejido de la llamada “Luz Astral”. Ellos se comunican con los hombres a través de la Egrégora (cadena de acontecimientos positivos que se suceden a lo largo de la vida), pudiendo así asumir formas físicas.  

 

En el Nuevo Testamento, los ángeles aparecieron en los momentos claves de la vida de Jesús: Nacimiento, prédicas, martirio y resurrección. Después de la Ascensión, Jesús fue colocado junto al ángel Metatron.

Algunos estudiosos aceptan la posibilidad de que los Reyes Magos fueran ángeles. Melchor, Rey de la Luz; Baltasar, Rey del Oro, Guardián del Tesoro, del incienso y de la paz profunda; Gaspar, el etíope, que entregó el incienso contra la corrupción.

Hacia el final del Renacimiento, el tema de los ángeles no atraía más el interés y permaneció
en el olvido durante muchos años. 

 Israfel allanó el camino a Gabriel sirviendo durante tres años de acompañante a Mahoma, a quien inició originalmente en el trabajo de ser profeta.
En una variante islámica del relato que hace el Génesis sobre la creación de Adán, Al{a envía a Israfel, Gabriel, Miguel y Asrael (el Ángel de la Muerte) en busca de siete puñados de polvo, necesarios para hacer al progenitor de la humanidad; según la leyenda, sólo Asrael regresó triunfante.


Edgar Allan Poe, el conocido escritor de poesía y obras de misterio, puso al pie de un poema una críptica referencia al "arcángel Israfel, las cuerdas de cuyo corazón son un laúd, y el que tiene la más dulce voz entre todas las criaturas de Dios". Otras descripciones lo presentan como un ángel de cuatro alas que, "teniendo a sus pies bajo la Séptima Tierra, su cabeza llega a las columnas del trono divino".

Raziel significa "secreto de Dios" y se cree que es un "ángel de las regiones secretas y Jefe de los Misterios Supremos". Según la leyenda, Raziel es el autor de un gran libro "donde está anotado todo el conocimiento celestial y terrestre". Cuando el ángel dio su volumen a Adán, algunos ángeles envidiosos se lo robaron para arrojarlo al océano. Una vez recobrado por Rahab, el ángel demonio primordial de las profundidades, el libro pasó primero a Enoch, quien aparentemente lo presentó como propio, y luego a Noé, que de él aprendió a hacer su arca. Se cree que también Salomón poseía ese libro, el cual le proporcionó sus extraños conocimientos mágicos y dominio sobre los demonios.
El Zohar (obra principal del misticismo judío) asegura que, en el medio del libro de Raziel, hay una escritura secreta donde "se explican las mil quinientas claves (para el misterio del mundo) que no fueron reveladas siquiera a los ángeles". Otros místicos judíos informan que "todos los días el ángel Raziel, erguido sobre el Monte Horeb, proclama los secretos de los hombres a toda la humanidad".  

Rafael es quizás el más querido de todos los ángeles y el más representado por el arte occidental. Su imagen aparece en las telas de maestros tales como Botticelli, Tiziano y Rembrandt. Su nombre significa "Dios ha curado", y no sólo parece ser el alto arcángel encargado de curar a la Tierra, sino que, de acuerdo con el Zohar, "la tierra proporciona una vivienda para el hombre, a quien Rafael cura también de sus males".
Por cierto, la carrera de Rafael parece salpicada de misiones médicas: curó el dolor de la circuncisión a Abraham, que no había sido sometido a ese procedimiento siendo niño; fue luego enviado por Dios a curar el muslo del pobre Jacob, maltratado por Samael; y también se asegura que él dio a Noé, luego del diluvio, un apreciadísimo "libro médico".
Existe una leyenda según la cual, cuando Salomón pidió ayuda a Dios para construir el gran templo de Jerusalem, Rafael le dio personalmente el regalo de un anillo mágico con el poder de someter a todos los demonios. Fue con esa "mano de obra esclava" con la que el rey hebreo completó la construcción.
Rafael ha sido llamado "guía en el infierno"; después de todo, es allí donde la curación resulta más necesaria.