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De
acuerdo a las fuentes canónicas
todos los Ángeles fueron creados
simultáneamente por Dios. Y por
esto, los ángeles son seres
inmortales pero no eternos, ya que
la eternidad es un atributo que
solo le pertenece a Dios.
Al
final del Universo, cuando se
extingan todos los soles, todas
las estrellas y galaxias, los ángeles
tambien se extinguirán, pero
mientras exista el universo su
existencia es permanente.
Los
ángeles son superiores a los
seres humanos y fueron dotados de
una gran inteligencia al ser
creados. En el momento de la
creación Dios dotó a los ángeles
y a Adán con voluntad propia y
libre albedrío.
Adán
retuvo esta libertad de acción,
pero los ángeles renunciaron a
ella, entregando su voluntad al
Creador. Es por eso que el ángel
es un ser de tal dedicación a la
voluntad divina.
En
la Biblia se mencionan 294 veces.
Pero no solo la Biblia nos habla
de los ángeles, el Corán también
menciona el trabajo constante que
hacen los ángeles para ayudar a
la humanidad.
El
concepto de los ángeles data de
la mayor antigüedad y tanto los
asirios como los persas y los
babilonios, creían firmemente en
estas criaturas aladas. Los eones
de los gnósticos y los
bhodisattvas del hinduismo, son
entidades análogas a los ángeles
y su labor es también la de
iluminar, proteger y ayudar al ser
humano en su evolución
espiritual.
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Existe
en la Tierra una lucha continua
entre las fuerzas negativas, que
se identifican como las hordas satánicas,
y las fuerzas positivas que
personificamos como ángeles de
Luz. Desgraciadamente, los ángeles
o fuerzas positivas no siempre
ganan la batalla. Cuando el Ángel
Guardián de una persona, pierde
en esta lucha sin cuartel contra
las fuerzas del mal, el resultado
inevitable es el dolor y la
tragedia. Y a menudo los que
sufren esta derrota, son los seres
más débiles y más indefensos
porque no tienen suficiente energía
positiva a su alrededor para
salvarse.
Podemos
identificar las energías cósmicas
positivas con los ángeles de Luz
de los que nos hablan las
Escrituras. Estas energías son
inteligentes y conscientes y
funcionan a través de leyes cósmicas
de gran armonía, las cuales rigen
el Universo.
Luego
podemos decir que un ángel es una
fuerza cósmica emitida por el
Creador del Universo en el momento
de la creación, es un quantum,
una cantidad de energía específica,
con inteligencia y conciencia de sí
mismo, es voluntad dirigida con
propósito, perfección y lógica,
es balance, es belleza, es
justicia; es una ley cósmica
definida y manifestada, es
control, es compasión y sobre
todo es Amor.
La mayoría de las religiones y la
Teología reconocen su existencia
desde los primeros tiempos a través
de escritos bíblicos e históricos.
Para la Iglesia Católica, los ángeles
son una "verdad de fe".
Su naturaleza espiritual implica
que son libres de todas las
limitaciones que lo humano
-naturaleza física/espiritual-
involucra, por lo tanto su
respuesta al amor de Dios no
necesita tiempo ni reflexión para
crecer y madurar, como nosotros.
"Y
en el día cuando El los reúna
a todos juntos, El les preguntará
a los ángeles: ¿Los alabaron
?" (34 :40).
"¿Por
qué, entonces, no se le ha
puesto a él brazaletes de oro,
o por qué no ha venido acompañado
de ángeles ?" (43 :53).
Se
dice que la palabra "ángel",
viene del latín "ángelus",
la cuál es copiada del griego
"angelos" (mensajero).
En árabe la palabra es
"malak"
o "malaak", plural
"malaa’ikat". La raíz
árabe del verbo
"alaka", que significa
"dar un mensaje",
confirma la conexión etimológica
de ángel con la función de
mensajero de Dios de las lenguas
semíticas.
La
existencia de los ángeles es
uno de los pilares de la
creencia de la mayoría de las
tradiciones religiosas, y es así
también en el Islam. Dios
menciona a los ángeles en el
Corán, en más de noventa y
nueve lugares diferentes. Ellos
también ocupan lugares
prominentes, en las narraciones
del Profeta Muhammad, y en
muchos relatos de santos, y de
hombres y mujeres piadosos del
pasado reciente y del presente.
Las páginas siguientes son una
pequeña selección de algunos
de los relatos y explicaciones,
que nos han llegado de estas
tres fuentes.
El
Corán dice, "El Mensajero
cree en aquello que le ha sido
revelado por su Señor y los
creyentes también. Todos ellos
creen en Dios, en Sus ángeles,
Sus escrituras y Sus mensajeros
- Nosotros no hacemos distinción
entre ninguno de Sus mensajeros
- Y ellos dicen : nosotros
escuchamos y obedecemos, otórganos
Tu perdón, Señor nuestro. El
viaje es hacia Ti" (2
:285).
Dios,
de este modo, ordena a todas las
personas a creer en Sus ángeles,
como una obligación igual a la
de creer en El mismo, en Sus
libros y en Sus mensajeros.
"Pero
Dios mismo testifica que lo que
Él te ha revelado, lo ha
revelado con Su conocimiento; y
los ángeles también
testifican. Y Dios es testigo
suficiente" (4 :166).
Dios
ha creado un árbol en el séptimo
cielo, en cada hoja se encuentra
una letra del Corán. Cada hoja
es un trono tallado en una
piedra preciosa, y cada letra es
representada por un ángel
sentado en ese trono. Cada ángel
es la llave a diferentes océanos
de conocimiento sin fin, que no
tienen ni principio ni fin. En
cada océano hay un universo
completo con su propia y única
creación. El que bucea en estos
océanos, es el Arcángel
Gabriel. Fue él quien llevó al
Profeta las perlas de esos océanos
cuando se apareció ante él y
dijo tres veces: "¡Recita!"
A esta orden el Profeta Muhammad
cada vez respondía: "¿Qué
debo recitar?" y Gabriel
dijo:
Recita
: En el Nombre de tu Señor
Quien creó,
Creó
al ser humano de un coágulo.
Recita:
Y tu Señor es el Más Generoso,
Quien
enseñó a través de la pluma,
Enseñó
al hombre aquello que no conocía
(96 :1-5).
En
ese momento, el Arcángel le
llevó al Profeta dos piezas
verdes de tela del cielo, una de
ellas estaba decorada con todo
tipo de piedras preciosas de la
tierra, y la otra con elementos
preciosas del cielo. El abrió
la primer tela y le dijo al
Profeta que se sentara sobre
ella. Le entregó la segunda y
le dijo que la abriera. Cuando
la abrió, recibió el Corán
con letras de luz, y le fue
revelado el secreto de ese árbol
del séptimo
cielo. Quienquiera que lea el
Corán con sinceridad y devoción,
será capaz de entrar a estos océanos
de conocimiento y luz.
El
Profeta Muhammad vio una tabla
hecha de raras perlas debajo del
Trono de Dios y otra tabla de
esmeraldas. Sobre la primera
estaba el primer capitulo, Surat
al-Fatiha, que consiste en siete
versos, y sobre la segunda tabla
estaba el Corán completo. El le
preguntó al Arcángel Gabriel:
"¿Cuál es la recompensa
de aquel que lea el Capítulo de
Apertura?" Gabriel dijo:
"Las siete puertas del
infierno estarán cerradas para
él y las siete puertas del paraíso
estarán abiertas para él."
El Profeta preguntó: "¿Cuál
es la recompensa de aquel que
recite todo el Corán?"
Gabriel contestó: "Por
cada letra que él recite, Dios
creará un ángel que plantará
un árbol para él en el paraíso."
Luego el Profeta vio una triple
luz radiando en tres dimensiones
y preguntó qué era. Gabriel
dijo: "Una de ellas es la
luz del Verso del Trono (2
:255), la segunda es del
"Surat Ya Sin" (Capítulo
36), y la tercera es el Surat de
la Unidad (Capitulo 112). El
Profeta Muhammad preguntó:
"¿Cuál es la recompensa
de aquel que recite el Verso del
Trono?" Gabriel respondió:
"Dios dijo: ‘Es Mi
Atributo, y quienquiera que lo
recite, me verá a Mi sin velos
en el Día del Juicio.’"
Luego, el Profeta preguntó:
"¿Cuál es la recompensa
de aquel que recita Surat Ya
Sin?" La respuesta vino de
Dios: "Consiste en ochenta
versos, y quienquiera que lo
recite recibirá ochenta
misericordias. Veinte ángeles
le llevarán veinte
misericordias en su vida, veinte
ángeles más le llevarán
veinte misericordias en su
muerte, veinte más le llevarán
veinte misericordias en la
tumba, y otros veinte, veinte
misericordias en el Día del
Juicio." El Profeta preguntó:
"¿Cuál es la recompensa
por recitar el Capítulo de la
Unidad?" La respuesta llegó:
"Los ángeles le darán
para beber de los cuatro ríos
celestiales que están
mencionados en el Corán: el río
de cristalina agua pura, el río
de leche, el río de vino y el río
de miel."
"Y
su Profeta les dijo : ¡Oh! la
señal de su reino es que a
ustedes vendrá, llevada por los
ángeles, el Arca de la Alianza
de vuestro Señor, y un
remanente de lo que dejaron las
gentes de Moisés y de Aaron. ¡Oh!
Aquí habrá una señal para
ustedes, si realmente sois
creyentes" (2 :248).
Este
verso muestra los poderes
milagrosos de los ángeles y su
habilidad superlativa para
actuar en el dominio físico.
Ellos llevaron el Arca de la
Alianza delante del ejército de
Saúl, y las reliquias que
dejaron las familias de Moisés
y Aarón. Los ángeles llevaron
el Arca de la Alianza porque era
muy importante para la
humanidad. Contenía uno de los
Libros sagrados, la Torah, en su
forma original. Cuando Dios le
ordenó a Moisés que escribiera
la Torah, El dijo: "¡Oh
Moisés! Debes escribirlo sobre
tablas de oro." Cuando Moisés
preguntó dónde podría
encontrar ese metal, Dios le envío
al Arcángel Gabriel y a otros
noventa y nueve ángeles. Cada
uno representaba un Atributo de
Dios y ellos le enseñaron a
Moisés ciento veinticuatro mil
palabras. Con cada palabra Moisés
fue elevado a un estado
superior; en cada nivel Moisés
vio luz viniendo hacia él desde
la Divina Presencia que lo iba
vistiendo, hasta que alcanzó un
estado de pureza similar a la
transparencia del agua
cristalina. Esto provocó que
los que observaban a Moisés
vieran sólo luz. En ese
momento, Gabriel ordenó a los
noventa y nueve ángeles que lo
adornaran con los atributos y
poderes que ellos poseían. Moisés
usaba un velo para cubrir la
intensa luz que emanaba de él y
que a otros causaba desmayos si
lo miraban. Luego, Gabriel
derramó en el corazón de Moisés
el conocimiento celestial que
iba a ser consignado en las
tablas. El le enseñó la química
del oro. Moisés sucesivamente
le enseño a su hermana un
tercio de esta química, a Josué
otro tercio y a Aarón el último
tercio. Luego él escribió la
Torah en el oro que había
fabricado. Todo el tiempo los ángeles
parados a su lado le enseñaron
cómo escribir y adornar ese
libro celestial. Después, Dios
creo un ángel de cuatro alas y
le ordenó hacerle compañía a
Moisés y ser el guardián del
Arca.
Las primeras descripciones de ángeles aparecen en
el Antiguo
Testamento. La mención más
antigua en Ur, ciudad de Medio
Oriente, unos 4.000 años A.C. Más tarde
fue introducida por el emperador
romano Constantino, que, siendo
pagano, se convirtió al
cristianismo cuando antes de una
batalla importante vio una cruz
en el cielo.
De acuerdo a la religión cristiana, los ángeles
son seres espirituales que Dios
creó antes que Adán y Eva. Su
misión era regir las estrellas,
los planetas y las diferentes
regiones de la Tierra. En la
Biblia aparecen como seres
misteriosos de poder
desconocido.
La fascinación por los ángeles
en cierta medida, es por el
misterio que encierran.
Según
las Sagradas Escrituras, los Ángeles,
al igual que los hombres y todo lo
existente, son creados por Dios.
En las palabras: "En el
principio Dios creo el Cielo y la
tierra" (Gen. 1:1) se puede
ver la primera indicación de que
Dios creo el mundo angélico, que
es la contraparte de la
"tierra" o mundo físico,
y se llama "el cielo."
Los Ángeles ya existían cuando
fue creado el cielo de estrellas,
lo que se percibe de las palabras
del Señor dirigidas a Job:
"Cuando fueran creadas las
estrellas, me alabaron todos mis
Ángeles" (Job 38:7).
Sobre
la creación de los Andeles dice
San Gregorio Nacianceno, lo
siguiente "Como para la
bondad Divina no alcanzaba la
contemplación de Si mismo, sino
era menester que esta se propagara
cada vez mas lejos para que el
numero de beneficiados aumentara
— como es natural para la
Suprema bondad — así Dios
piensa en la creación de las
fuerzas angélicas y Su
pensamiento se hizo hecho, por
medio del Verbo y se realizó por
el Espíritu... Como las primeras
criaturas satisficieron a Dios,
entonces pensó en el mundo
visible y material."
Ángel
significa "enviado" o
mensajero. Con estas palabras se
define principalmente su relación
con los hombres. Ellos, como
hermanos mayores, nos hacen
conocer la voluntad de Dios y nos
ayudan en nuestra salvación. El
hombre desde su estadía en el
paraíso, conocía la existencia
de los Ángeles. Esto se refleja
en muchas religiones antiguas. A
los humanos es difícil entender
la vida de los Ángeles y el mundo
en el cual estos viven, porque es
completamente diferente al
nuestro. Se sabe que los Ángeles
sirven a Dios, cumplen Su voluntad
y Lo alaban. Como Ellos pertenecen
al mundo espiritual, generalmente
nos son invisibles. "Cuando
los Ángeles, por la voluntad de
Dios, aparecen a los hombres, que
lo merecen, se ven, no como son en
realidad, sino transfigurados de
manera tal, que los humanos los
pueden ver," explica San Juan
Damasceno. En el libro de Tobías,
el Ángel que acompaño a él y a
su hijo, habla de si mismo:
"Todos los días, cuando
ustedes me vieron, yo comí y bebí
— esto sólo les parecía a
ustedes" (Tobías 12:19).
"Sin embargo, — dice San
Juan Damasceno, — los Ángeles
se llaman incorpóreos e
inmateriales, sólo en comparación
con nosotros ya que comparados con
Dios, todo es mas tosco y
material. Sólo la Divinidad es
totalmente incorporal e
inmaterial."
Los
Ángeles sobrepasan al hombre con
sus fuerzas espirituales. Pero son
limitados en su fuerza y sabiduría
— solo Dios es Omnipotente y
Omnisapiente. Careciendo de
cuerpo, los Ángeles menos que los
hombres dependen del espacio y
lugar, e instantáneamente
aparecen donde tienen que actuar.
Pero no se puede decir, que Ellos
existen en todo independientemente
del espacio y lugar. Las Sagradas
Escrituras representan a los Ángeles
bajando del Cielo a la tierra y
subiendo de la tierra al Cielo.
Los
Ángeles fueron creados
inmortales, como testifican las
Sagradas Escrituras, Ellos no
pueden morir (Luc. 20:36). Sin
embargo su inmortalidad no es intrínseca,
depende de Dios. Los Ángeles ,
como espíritus incorpóreos, son
en alto grado capaces de un
desarrollo interno y su intelecto
es mas elevado que el humano. Por
su poder y fuerza , como explica
el Apóstol Pedro, Ellos
sobrepasan a todos los poderes y
fuerzas terrenales (2 Pedro 2:11).
Pero también sus altas cualidades
espirituales tienen limites. Las
Escrituras indican que Ellos
desconocen la profundidad del Ser
(de la Esencia) de Dios, que
conocen sólo El Espíritu Divino
(1 Cor. 2:11); no conocen el
futuro, conocido solo por Dios
(Marc. 13:32); asimismo no
perciben en forma completa el
misterio de la Salvación, que
desean conocer (1 Pedro 1:12); y
hasta no conocen todos los
pensamientos humanos (1 Reyes
8:39). Finalmente no pueden por si
solos, sin la voluntad de Dios,
hacer milagros.
En la Biblia solo se mencionan los
nombres de tres de los ángeles,
Gabriel, Miguel y Rafael, quien es
mencionado en el Libro de Tobías,
y solo aparece en las Biblias católicas
y ortodoxas. La Iglesia Católica
tiene tal respeto por estos tres
ángeles que les ha adjudicado el
29 de septiembre en su calendario
de santos. A pesar de ser ángeles,
que es una jerarquía espiritual
mucho mas elevada que la de los
santos, la Iglesia se refiere a
ellos como San Gabriel, San Miguel
y San Rafael.
Fue Melquisedec quien entregó a Abraham la Alianza de Dios e introdujo
el revolucionario concepto de la
salvación por la fe pura en el
pensamiento del planeta. Estableció
un amplísimo programa misionero
con centro en Salem, el antiguo
emplazamiento de Jerusalem, desde
donde enviaba a miles de
misioneros que, literalmente,
dieron la vuelta al globo.
Se cree que Melquisedec, llamado
Sydik en la mitología fenicia,
fue el padre de los siete Elohim,
más ángeles de la Divina
presencia. En el siglo III de la
era Cristiana, un grupo de
"herejes" que se hacían
llamar melquisedecianos aseguraban
estar en contacto con "un
gran poder llamado Melquisedec,
quien era más grande que
Cristo". Su venida aquí,
como sabio de Salem, parece haber
sido un esfuerzo concertado de los
celestiales para traer una luz muy
necesaria a una época caótica y
oscura, y para sembrar la simiente
para el advenimiento de Cristo.
Ariel significa "león de
Dios", y existe cierta
confusión en cuanto al bando en
que realmente está. Figura entre
los siete príncipes que gobiernan
las aguas y también es conocido
como el Gran Señor de la Tierra;
sin embargo, para el poeta John
Milton, Ariel es un ángel
rebelde, vencido por el serafín
Abdiel en el primer día de la
guerra celeste. Los místicos judíos
utilizaron Ariel como nombre poético
de Jerusalem en la tradición gnóstica,
ese crisol de revelaciones de los
dos primeros siglos de la era
Cristiana. Ariel es el ángel que
controla a los demonios y también
se le ha asociado con el orden de
ángeles llamados tronos; se sabe
que ha asistido al arcángel
Rafael en la cura de enfermedades.
John Dee, el mago, ocultista y
astrólogo cortesano de la reina
Isabel I, suponía que Ariel era
una mezcla de Anael y Uriel, ¡lo
cual lo instala entre los arcángeles
superlumínicos!
Ariel
hace una aparición en "La
tempestad" de William
Shakespeare, que bien pudo haber
sido el motivo de que Percy
Bysshe Shelley, el poeta del
siglo XIX, gustara darse a sí
mismo el apelativo de "ángel
Ariel".
Israfel, cuyo
nombre significa en la tradición
árabe "El
Ardiente", es a un
tiempo el ángel de la
resurrección y el canto.
La revelación del Nuevo
Testamento a menudo cuenta, sobre
la aparición de los Ángeles. Así
un Ángel le anunció a Zacarías
la concepción de San Juan
Bautista. Un Ángel anunció a la
Santísima Virgen María el
nacimiento del Redentor, y apareció
en sueños a Josй; numerosos
Ángeles cantaron la Gloria del
Nacimiento de Cristo; un Ángel
les revelo a los pastores la buena
nueva — el nacimiento del
Redentor y luego impidió a los
Magos de volver a Herodes.
Notablemente aumenta la frecuencia
de apariciones angélicas con la
llegada a la tierra del Hijo de
Dios. Esto el Señor predijo a los
discípulos, diciendo que
"desde ahora el Cielo estará
abierto y ellos verán a los Ángeles
de Dios ascendiendo y bajando
sobre el Hijo de Hombre"
(Juan 1:51). Efectivamente, los Ángeles
servían a Jesucristo después de
Su tentación en el desierto. Un
Ángel vino a reconfortarlo en el
huerto de Getsemani; los Ángeles
avisaron a las mujeres miroforas
sobre la Resurrección del Señor
y a los, Apóstoles, durante la
Ascensión, sobre Su segunda
venida. Un Ángel liberó a los Apóstoles
de la prisión y también al Apóstol
Pedro, condenado a muerte (Hech.
5:19, 12:7-15). Un Ángel se
apareció a Cornelio para
indicarle que llame al Apóstol
Pedro para su enseñanza de las
palabras de Dios (Hech. 10:3-7).
Nuestro Señor Jesucristo varias veces habla de los Ángeles. Según El,
los Ángeles llevaron el alma de Lázaro
al seno de Abraham (Luc. 16:22).
Los Ángeles se regocijan por cada
pecador redimido (Luc. 15:10).
Ellos vendrán con El antes del
final del mundo y separarán a los
malos de los bienaventurados (Mt.
13:39-41, 16:27). De las enseñanzas
del Redentor y los ejemplos bíblicos
y de la vida, vemos que los Ángeles
siempre actúan como seres buenos
y preocupados por el bien y la
salvación de los humanos. Al
mismo tiempo los Ángeles son
completamente fieles a Dios.
Cuando los humanos no cumplen los
preceptos Divinos, los Ángeles
tratan de enmendarlos y hasta los
castigan. Así, por ejemplo después
de que los hombres fueron echados
del Paraíso, un Querubín con
espada de fuego fue puesto para
defender la entrada al mismo (Gen.
cap. 3). Un Ángel con espada
apareció a Valaam para impedir
una mala acción (Num. 22:23). UnÁngel castigó a Herodes por su
orgullo (Hech. 12:23). Según el
libro de la Revelación, los Ángeles
castigan a los pecadores (Apoc.
cap. 8-19). Pero es importante
entender, que el fin del castigo
es positivo — es obligar a los
hombres a la penitencia y a volver
a Dios (Apoc. 16:11).
En general
los Ángeles, siguiendo la
voluntad de Dios, toman parte en
la vida de naciones enteras, más
de lo que se realiza. Según la
visión del Prof. Daniel, hay Ángeles
encargados por Dios de seguir
los destinos de reinos y pueblos
de la tierra (Dan. cap. 10-12).
Sobre este tema los Santos
padres decían: "Unos de
Ellos están en presencia de
Dios, otros con su acción
sostienen a todo el mundo"
(San Gregorio Taumaturgo, el Teólogo
o el Grande).En la Iglesia, desde los tiempos más remotos existía la tradición de
dirigirse a los Ángeles en
oración. En los tiempos del
Antiguo Testamento, en el pueblo
hebreo, sobre la toma del Arca
de la Alianza y luego en el
Santo de los Santos se
encontraban las figuras de
Querubines de oro (Ex. 25:18-22;
1 Reyes 6:23). Delante de ellos
los hebreos oraban. Entre estos
Querubines del Arca, Dios
revelaba Su voluntad a Moisés.
Los Ángeles son portadores de
la Santidad Divina, por eso se
le ordenó a Josué Navin, que
vio al Ángel: "Quita tus
zapatos de tus pies; porque el
lugar donde estás es
santo" (Josué 5:15).
La mayor parte de la información que
tenemos sobre los ángeles
proviene, como ya hemos visto, de
otras fuentes, entre las que están
el Talmud y los Midrash hebreos y
otras escrituras rabínicas
incluyendo la Cábala. El Corán v
otros libros musulmanes nos hablan
de los ángeles y sus grandes
poderes y el Libro de Enoch nos
revela los nombres de muchos ángeles,
entre los cuales están también
los ángeles caídos. Un gran
compendio de ángeles a llegado
también hasta nosotros de otras
fuentes menos conocidas, como los
libros de la Apócrifa, El libro
del ángel Raziel, La gran clavícula
de Salomón, La pequeña clavícula
de Salomón, también conocida
como Goetia, El arbatel de la
magia, El sexto y séptimo libro
de Moisés y otros muchos. Pero de
todos los ángeles mencionados en
todos estos libros, los mas
conocidos y mas venerados son los
cuatro grandes arcángeles Rafael,
Miguel, Gabriel y Uriel. Este último
ángel es menos conocido que los
otros tres, pero su influencia es
inmensa en la tradición
angelical.
Luego
del exilio babilónico de Israel
(597-538 a.C.), el pensamiento
judío sobre los ángeles se
enriqueció, tal vez por
influencia de la cultura mesopotámica.
Los artistas y escritores
comenzaron a dotar de alas a los
serafines antropomórficos y se
desarrolló un interés por sus
prendas, nombres y jerarquías.
Luego, la visión dualista
persa, incorporó otro aspecto a
la angelología hebrea: los ángeles
hostiles y destructivos,
rebelados contra Dios. Los
Esenios, concebían el mundo
como un campo de batalla. Ya en
el período de la cristiandad se
desarrolló un importante
crecimiento del mundo angélico.
Dionisio
el Areopagita, mas tarde llamado
Pseudo Dionisio en sus escritos
del siglo VI, jerarquizó a las
entidades celestiales dividiendo
a los seres invisibles en tres
jerarquías compuestas cada una
de tres Coros. Cabe aclarar que
esta clasificacion es aceptada
en la teología católica pero
no es un articulo de fe. En el
Catecismo de la Iglesia Católica,
promulgado en 1993, la Santa
Sede actualiza las doctrinas de
la iglesia y hace referencia a
la existencia de los ángeles
como una verdad sin discusión.
Los hebreos tomaron elementos de los rituales egipcios y los
enriquecieron con elementos de la
cábala.
La magia hebrea sobrevivió dentro
del imperio islámico. Quizás
porque los ritos caldeos fueron
conservados a través de su
folclore.
No solo preservaron la magia angélica,
sino que exportaron a otras
regiones del mundo (que habían
conquistado) todo el conocimiento
angélico.
Los escritos de magia
angélica se extendieron por el
norte de África y España. La
primera traducción al latín de
los textos mágicos árabes y
arameos fue realizada entre el
siglo X y XII por los judíos españoles
en la escuela de Traductores de
Toledo y los miembros del clero
católico de España y Francia.
La difusión de la magia angélica
en la tradición cristiana comenzó
en el año 967 por un monje
italiano llamado Gervasio.
La práctica de la magia angélica
se transformó en algo común en
el clero católico,
aunque no aceptado por la máxima
jerarquía católica.
Hacia principios del siglo XIV fue
considerada una práctica
herética.
En 1314 el Papa Juan XXII
promulgó una Bula condenando a
ocho clérigos por utilizar las
“negras herramientas de la
nigromancia, la geomancia y otras
artes similares y por poseer
libros referidos a ellas. Por
haber consagrado ciertos elementos
como espejos, e imágenes de
acuerdo a las ceremonias acusadas
y porque colocándose en el centro
de un círculo invocaron a
entidades divinas.”
En 1326 promulgó otra Bula en la
que amenazaba con la excomunión a
todo aquel que practicara la magia
angélica o la alquimia. La magia
con ángeles quedaba así
erradicada de la Iglesia.
San Agustín, en su obra “Enarrationes in
Psalmos” (1348-1349), hacía
notar que a los ángeles les son
dados dos nombres que explican
respectivamente su misión y su
naturaleza.
Santo
Tomás de Aquino fue un
estudioso del tema. Él decía
que los ángeles eran seres
cuyos cuerpos y esencias estaban
formados por un tejido de la
llamada “Luz Astral”. Ellos
se comunican con los hombres a
través de la Egrégora (cadena
de acontecimientos positivos que
se suceden a lo largo de la
vida), pudiendo así asumir
formas físicas.
En
el Nuevo Testamento, los ángeles
aparecieron en los momentos
claves de la vida de Jesús:
Nacimiento, prédicas, martirio
y resurrección. Después de la
Ascensión, Jesús fue colocado
junto al ángel Metatron.
Algunos estudiosos aceptan la
posibilidad de que los Reyes
Magos fueran ángeles. Melchor,
Rey de la Luz; Baltasar, Rey del
Oro, Guardián del Tesoro, del
incienso y de la paz profunda;
Gaspar, el etíope, que entregó
el incienso contra la corrupción.
Hacia
el final del Renacimiento, el tema
de los ángeles no atraía más el
interés y permaneció
en el olvido durante muchos años.
Israfel
allanó el camino a Gabriel
sirviendo durante tres años de
acompañante a Mahoma, a quien
inició originalmente en el
trabajo de ser profeta.
En una variante islámica del
relato que hace el Génesis
sobre la creación de Adán,
Al{a envía a Israfel, Gabriel,
Miguel y Asrael (el Ángel de la
Muerte) en busca de siete puñados
de polvo, necesarios para hacer
al progenitor de la humanidad;
según la leyenda, sólo Asrael
regresó triunfante.
Edgar Allan Poe, el conocido
escritor de poesía y obras de
misterio, puso al pie de un
poema una críptica referencia
al "arcángel Israfel, las
cuerdas de cuyo corazón son un
laúd, y el que tiene la más
dulce voz entre todas las
criaturas de Dios". Otras
descripciones lo presentan como
un ángel de cuatro alas que,
"teniendo a sus pies bajo
la Séptima Tierra, su cabeza
llega a las columnas del trono
divino".
Raziel significa "secreto de Dios" y se cree que es un
"ángel de las regiones
secretas y Jefe de los Misterios
Supremos". Según la
leyenda, Raziel es el autor de
un gran libro "donde está
anotado todo el conocimiento
celestial y terrestre".
Cuando el ángel dio su volumen
a Adán, algunos ángeles
envidiosos se lo robaron para
arrojarlo al océano. Una vez
recobrado por Rahab, el ángel
demonio primordial de las
profundidades, el libro pasó
primero a Enoch, quien
aparentemente lo presentó como
propio, y luego a Noé, que de
él aprendió a hacer su arca.
Se cree que también Salomón
poseía ese libro, el cual le
proporcionó sus extraños
conocimientos mágicos y dominio
sobre los demonios.
El Zohar (obra principal del
misticismo judío) asegura que,
en el medio del libro de Raziel,
hay una escritura secreta donde
"se explican las mil
quinientas claves (para el
misterio del mundo) que no
fueron reveladas siquiera a los
ángeles". Otros místicos
judíos informan que "todos
los días el ángel Raziel,
erguido sobre el Monte Horeb,
proclama los secretos de los
hombres a toda la
humanidad".
Rafael
es quizás el más querido de
todos los ángeles y el más
representado por el arte
occidental. Su imagen aparece en
las telas de maestros tales como
Botticelli, Tiziano y Rembrandt.
Su nombre significa "Dios
ha curado", y no sólo
parece ser el alto arcángel
encargado de curar a la Tierra,
sino que, de acuerdo con el
Zohar, "la tierra
proporciona una vivienda para el
hombre, a quien Rafael cura
también de sus males".
Por cierto, la carrera de Rafael
parece salpicada de misiones médicas:
curó el dolor de la circuncisión
a Abraham, que no había sido
sometido a ese procedimiento
siendo niño; fue luego enviado
por Dios a curar el muslo del
pobre Jacob, maltratado por
Samael; y también se asegura
que él dio a Noé, luego del
diluvio, un apreciadísimo
"libro médico".
Existe una leyenda según la
cual, cuando Salomón pidió
ayuda a Dios para construir el
gran templo de Jerusalem, Rafael
le dio personalmente el regalo
de un anillo mágico con el
poder de someter a todos los
demonios. Fue con esa "mano
de obra esclava" con la que
el rey hebreo completó la
construcción.
Rafael ha sido llamado "guía
en el infierno"; después
de todo, es allí donde la
curación resulta más
necesaria.
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