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Rafael, Miguel, Gabriel y Uriel están identificados con los cuatro elementos y los cuatro puntos cardinales, los cuales rigen. Los elementos y los puntos cardinales forman una rueda, un circulo de gran poder y magnetismo dentro del cual se encuentra el globo terrestre. El primer punto cardinal es el Este, que es donde sale el Sol cada mañana, y corresponde al elemento aire, regido por Rafael. Moviéndonos hacia la derecha adentro de este circulo cósmico, según las agujas del reloj y del Sol, llegamos al punto cardinal del sur, el cual corresponde al elemento fuego, regido por Miguel.
Del Sur pasamos al Oeste, donde se pone el Sol por las tardes, que
corresponde al elemento agua y es regido por Gabriel. Y del Oeste
pasamos al Norte, que corresponde al elemento tierra y es regido por
Uriel.
Si visualizamos a la Tierra dentro de esta rueda solar, podemos ver que
los cuatro arcángeles están parados en los cuatro puntos cardinales del
planeta en forma de cruz. Cada uno de los arcángeles tiene sus propios
colores y atributos y una apariencia especial según la antigua tradición
mística.
Rafael se viste de amarillo con reveses violeta. Representa al amanecer
y se describe como un adolescente muy bello de ojos azules y cabellos
rubios ensortijados que forman una aureola dorada alrededor de su
cabeza.
Miguel, que sigue a Rafael en esta rueda cósmica, se viste de rojo y
verde y representa el color del mediodía. Miguel se describe como un
hombre joven de unos 25 años de edad. Su piel es clara con tonos
dorados, sus ojos son verdes y su cabello es rojo como una llama, espeso
y ondulado Y le llega hasta el cuello.
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Gabriel se viste de azul claro con reveses anaranjados. Representa a la
tarde. Aparenta una edad de alrededor de 35 años. Su piel es tostada,
sus ojos azul verde y su cabello bronceado le llega hasta los hombros.
Uriel es el ángel que cierra la rueda solar, el ángel de la tierra. Se
viste de cuatro colores: verde oliva, verde limón, ladrillo, marrón
oscuro o negro.
Representa al anochecer. Su piel es morena, sus ojos castaños y su
cabello castaño oscuro, casi negro, le pasa de los hombros. Uriel es el
único de los cuatro arcángeles que tiene barba. Su barba es oscura,
espesa y rizada pero no larga. Representa una edad entre los 40 y 45
años.
Como es fácil ver en esta descripción de los cuatro arcángeles, estos
van madurando en edad según pasamos de un punto cardinal a otro y su
apariencia física se va oscureciendo. Esto se debe a que la rueda solar
simboliza el día. Desde que amanece hasta que oscurece. Es por eso que
Rafael es rubio como el sol naciente y Uriel oscuro como la noche.
La Magia Angélica se basa en los axiomas y
fundamentos de la Tradición Mágica, acepto en parte operativa y en
los resultados:
la Magia Blanca persigue el bien; curar, sanar y desarrollar formas
arquetípicas favorables. Su fin es atraer la buena suerte y la
prosperidad, evocando a los cuatro elementos, así como a los
elementales y a entidades benéficas, operando para ello en el Astral
o Luz Astral.
La Magia Angélica busca los mismos fines benéficos, pero evocando a
unas Entidades Celestiales cercanas a la Divinidad,- Los Ángeles- y
sin operar en el mundo astral. La magia Angélica se mueve en planos
celestiales sutiles de Luz, alegría, limpieza, gozo, positividad y
amor, infinitos.
Las Magia Angélica no puede ser utilizada para hacer el mal y atacar
y dominar a las personas en contra de su voluntad, porque de
intentarlo simplemente no funciona.
Quien intente el mal a un semejante a través de la Magia Angélica no
será perjudicado y esta no se volverá en su contra, ya que la Magia
Angélica no conoce el mal ni es vengativa, por el contrario, el mal
deseado se convertiría en bien para las personas afectadas.
La Tradición presenta a nuestro Ángel de la Guarda como una entidad
benéfica y protectora que nos acompaña durante toda nuestra vida
terrenal. Es un arquetipo universal que no debes de confundir con tu
ángel personal, ya que este ultimo te corresponde por tu fecha de
nacimiento y tiene un nombre que lo identifica al corresponder a uno
de los 72 Ángeles que componen la Jerarquía Angélica.
Según la tradición los deseos promovidos por el ser humano
durante su vida se impresionan en la energía del mundo astral y
aquellos deseos llega a formar un tipo de entidad llamada
artificial. Los artificiales se crean como consecuencia de deseos
múltiples pero que tienen afinidad. Existen, pues, muchos
artificiales pero entre todos destaca el Guardián del Umbral.
Todos los sentimientos innobles y bajas pasiones desarrollados por
nosotros mismos y por los demás hacia nosotros, constituyen una
proyección de nuestra personalidad impura sobre el astral, que da
lugar a la entidad artificial llamada El Guardián del Umbral, y que
es el a primera visión que el fallecido experimenta cuando, por sus
malas acciones, es atraído hacia las regiones bajas del Astral.
El Ángel Custodio. De la misma forma que lo emanado de nuestra
personalidad impura produjo un artificial perverso, también nuestros
buenos deseos, nuestro altruismo y nuestra bondad, producen un
artificial opuesto al anterior llamado Ángel Custodio. Es la imagen
arquetípica de todo lo bueno producido por nosotros y destinado a
los demás.
Este artificial se forma en las regiones altas del astral, conocidas
como zona celestial, en donde habitan las jerarquías angélicas. Esto
da lugar a que a este artificial se le asigne el atributo de
angélico, auque no lo sea. La fuerza energética positiva de este
artificial es tal, que actúa como un ser de protección si lo
invocamos.
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